Algo de Historia

Los antiguos astrónomos chinos asignaron a cada uno de los cinco planetas principales uno de los cinco elementos chinos: A Venus el metal (oro), a Júpiter la madera, a Mercurio el agua, a Marte el fuego y a Saturno la tierra. Según la astrología china la posición de estos planetas, junto con la posición del sol, la luna y cualquier cometa en el cielo además de la fecha de nacimiento y el signo del zodiaco puede determinar el destino de una persona.

Un complejo sistema para calcular el destino basado en la hora de cumpleaños y la fecha de nacimiento (conocido como 紫微斗數 zǐwēidǒushù) todavía se utiliza regularmente en la astrología china hoy en día para adivinar la fortuna. Las veintiocho constelaciones chinas (宿 xìu) son totalmente diferentes de las ochenta y ocho constelaciones occidentales. Por ejemplo la Osa Mayor es conocida como 斗 dǒu y el cinturón de Orion como 參 shen. Las siete constelaciones norteñas son llamadas xúanwǔ (玄武). Xuan Wu también se conoce como el espíritu del cielo del norte o en la creencia taoísta como el espíritu del agua.

Además de las interpretaciones astrológicas de los cuerpos divinos, las estrellas en el cielo formaron la base de muchos cuento de hadas. Por ejemplo, en el cuento clásico del Qi Xi (Equivalente al día de Día de San Valentín occidental) las constelaciones del triángulo del verano forman el trío del cuento siendo los protagonistas Cowherd (Altair), la hada tejedora virginal (Vega) y el hada tai-bai (Deneb). El río plateado (que representa la Vía Láctea) separó a los dos amantes prohibidos. Cada año en el séptimo día del séptimo mes en el calendario chino, los pájaros forman un puente a través de la vía láctea. El cowherd lleva a sus dos hijos (las dos estrellas en cada lado de Altair) a través del puente para juntarse con su madre hada. La hada tai-bai actúa como la carabina de estos dos amantes inmortales.

Cuenta la tradición, que Buda, viendo próxima su muerte, quiso reunir a todos los animales de la Tierra para dejar testimonio de su última voluntad. Para su sorpresa, solo se presentaron doce animales ante él. La rata fue la primera en llegar, después llegaron otros once animales: el buey, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el gallo, el perro y el cerdo. Como premio a la devoción religiosa que le brindaron, Buda los convirtió en los Doce Signos del Zodiaco Chino.

Cada animal gobernaría un año, en el cual influirían sobre la personalidad y el carácter de todos aquellos que nacieran en él. No obstante, piensa que no todos los que nacen bajo un Signo tienen una misma personalidad y carácter. Esto se debe a la influencia de tres aspectos fundamentales, el Ascendente se determina por la hora del nacimiento y cada animal reina sobre dos horas a lo largo del día. De la misma manera, influyen en nuestra personalidad otros aspectos, muy importantes en la filosofía tradicional china, como son el Yin, el Yang y los Cinco Elementos (Metal, Agua, Madera, Fuego y Tierra).

El horóscopo chino tiene una tradición de 5000 años y se basa en los años lunares.
Cada año se bautiza a las personas con el nombre de un animal. Gran parte de esta costumbre tiene sus orígenes en el antiguo Taoísmo chino.
El Taoísmo es un sistema global de descripción de la realidad que analiza y clasifica los fenómenos de la naturaleza. Sus teorías son consideradas leyes cósmicas inalterables, aplicables a cualquier plano y manifestación de la vida.

El Universo es un conjunto interdependiente en equilibrio y es tarea del ser guardar esa armonía, resultándose de ello el bienestar, tanto físico como psicológico para la evolución de la persona.

Los chinos basaron su cronología en un sistema sexagenario, es decir en ciclos de sesenta años. Estos ciclos trabajan en forma circular, al llegar a su punto final vuelven a comenzar iniciando nuevos ciclos que nunca tienen final.

Según los antiguos filósofos chinos, el Metal, la Madera, el Agua, el Fuego y la Tierra constituyen los cinco elementos esenciales del Universo. Estos elementos son asignados a cinco planetas: agua (Mercurio), metal (Venus), fuego (Marte), madera (Júpiter) y tierra (Saturno), los cuales ejercen su influencia en el individuo, al igual que el Yang (el Sol) y el Ying (la Luna).

Cada uno de estos elementos posee características especiales que influyen en la personalidad de las personas.
Los elementos son muy importantes ya que en cada situación de la vida estos se presentan como material fundamental para sus vidas. Por ejemplo: el agua era esencial para la vida, el fuego para cocer sus alimentos y dar calor con la llama que les iluminaba y calentaba, la tierra para cultivarla, el metal para la construcción de sus armas y la elaboración de sus instrumentos de trabajo, la madera para la construcción de sus viviendas.
Si bien cada animal rige un año lunar, los cinco elementos gobiernan diez años. Cada elemento reina dos años, uno bajo el signo del Ying y otro bajo el signo del Yang. De esta forma se establece el equilibrio, que es fundamental en la concepción de la filosofía china.

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